COLABORACIÓN

ACTUAL

PRESENTA

Xiik’  por

Natalia Tannenbaum

La guacamaya y el quetzal

Yo, Luna, quiero contarte la historia de tres mujeres que bordaron magia.

Eran artesanas y trabajaban en el patio de su taller en México. La gente las conocía: pasaban sus días y sus noches dedicadas al bordado de piezas con las que vestían a la comunidad.

Los años habían hecho que sus manos fueran diestras. Sus dedos se movían rápidamente al pasar los hilos por el ojal de una aguja; con precisión al traspasar la tela con la punta metálica con la que unían hilo tras hilo en finos bordados. Con sus manos también tejían y anudaban fibras que resultaban lo mismo en accesorios que hamacas para tomar una siesta.

Un día una guacamaya apareció frente a su patio. Se paró en las ramas de un árbol y se detuvo a contemplarlas. Después voló hacia otro árbol, con la vista clavada en ellas. Así siguió durante horas, mirándolas, moviéndose entre el ramaje del patio. Las horas se convirtieron en días, los días en semanas, las semanas en meses.

Poco a poco las artesanas se fueron acostumbrando a su presencia. Después de un tiempo, notaron que a la guacamaya se le unió un quetzal. El dúo de pájaros permanecía frente a ellas danzaba entre las ramas de los árboles, emitían trinos, las observaban.

De tanto escucharlos, una de ellas pensó entender lo que decían. “Quiere que bordemos su figura”, les dijo a sus compañeras, quienes seguían inmersas en el bordado.

En la noche de luna nueva dejaron en el suelo las piezas en las que se encontraban trabajando y dedicaron sus días y noches a trasladar las formas de las aves a las telas.

Así siguieron durante semanas hasta que llegó la luna llena. Esa noche comenzaron a bordar, tejer y anudar como siempre lo habían hecho. Estaban tan concentradas que no se percataron del momento en el que ambas aves soltaron el plumaje de sus alas en el ojal de sus agujas; tampoco vieron cuando desollaron su colorido cuerpo en las fibras textiles que tenían en su taller.

Al terminar quedaron sorprendidas por su obra. Era el vivo retrato de las aves. Cuando miraron de nuevo el paisaje de su patio descubrieron que los pájaros habían desaparecido. Nunca regresaron. Una guacamaya y un quetzal. Los animales míticos hacen cosas míticas.

Proceso

Desde hace décadas, Lili utiliza la técnica de bordado de punto de cruz (o xok bil chuuy) para decorar los huipiles que portan varias mujeres en la región. En este proyecto emplea esa misma técnica para dar vida a una colección de seis chales únicos que exploran elementos de la fauna yucateca. Se trata, apunta Natalia, “de técnicas que requieren mucha precisión y paciencia: cada puntada es una celebración al tiempo que pasa y pasa, y nunca acaba de pasar”.

Sobre el diseño, Natalia recuerda que surgió de una afición personal: de vez en cuando toma fotografías de mosaicos de casas antiguas del centro de Mérida. Un día vió en esa serie a una guacamaya y un quetzal, los cuales son los motivos que aparecen en los chales. “Los animales, pixelados en los mosaicos, se prestan perfectamente para ser adaptados en el punto cruz, técnica en la que se utiliza la cuadrícula como base para el bordado”, dice Natalia.

Los materiales con los que las piezas están hechas refrendan su carácter artístico. Cada una tiene una base de lino italiano y está decorada con hilo de algodón de alta calidad. Cada una requirió de más de 30 horas de trabajo.

Son piezas reversibles, además. El trabajo del reverso tiene el mismo esmero que el del delantero; el pájaro aparece de los dos lados del chal con diferente puntada.

“Los hilos que sobraban del diseño no se cortaron, aparecen sueltos como la huella de cada color que se utilizó para bordar el motivo y emulan el plumaje de los pájaros del chal. El macramé de la terminación emula las alas de los pájaros”, dice Natalia sobre la maestría técnica, y el gesto de la mano, que conviven en cada pieza.

Sobre esta Colaboración, la diseñadora concluye: “Xiik’ significa ala en Maya. Estas piezas se elevan, levantan el vuelo y nos hacen volar juntas y seguir soñando y colaborando entre mujeres. Tendiendo lazos, y tejiendo hilos que nos conectan”.

Colaboradores

Natalia Tannenbaum

Diseñadora y artista textil nacida en Argentina en 1981. Estudió la maestría en Tejidos Planos, Jacquard y Estampados en la Escuela Nacional de Creación Industrial (ENSCI), de París, y durante más de una década trabajó como colorista, como encargada de desarrollo y como diseñadora en casas de moda como Hermès, Du Pareil au Même y Descamps. Actualmente vive en México donde trabaja en proyectos colaborativos, plurales y femeninos.

 

Ligia González Muñoz

 

Lili Ucan 

Maestras artesanas de Teabo y Tixkokob, Yucatán. Lili es experta en la técnica de bordado de punto cruz, un trabajo que requiere de mucha paciencia y precisión; por su parte, Ligia encuentra en sus manos las herramientas perfectas para crear los nudos de su técnica favorita, el macramé.

Nuria Lagarde

Sus fotografías se presentan como historias breves: relatos que nunca cuentan todo lo que exponen y que siempre están abiertos a la interpretación. Creció entre ballenas y sal, en Baja California Sur, México. Estudió Historia del Arte en Casa Lamm y actualmente realiza su fotografía entre México y París. Además de sus proyectos personales, colabora para distintas revistas y en 2020 capturó las imágenes del libro “The Food of Oaxaca”, de la editorial neoyorquina Alfred A. Knopf.

 

 

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XIIK'

Estas piezas tienen una base de lino italiano y decoradas con hilo de algodón de alta calidad. Cada pieza tomó más de 30 horas de trabajo.

Son piezas reversibles, el trabajo del reverso es de la misma fineza que el delantero; el pájaro aparece de los dos lados del chal con diferente puntada.

Los hilos que sobraban del diseño no se cortaron, aparecen sueltos como la huella de cada color que se utilizó para bordar el motivo y emulan el plumaje de los pájaros del chal.

El macramé de la terminación emula las alas de los pájaros.

Xiik’ significa ala en Maya. Estas piezas se elevan, levantan vuelo y nos hacen volar juntas y seguir soñando y colaborando entre mujeres.

Tendiendo lazos, y tejiendo hilos que nos conectan.

·Materiales : base 100% lino , hilo 100% algodón.

·Técnica : bordado punto cruz y macramé.

·Lili Ucan realizó el bordado de punto de cruz en Teabo, Yucatán.

·Ligia Graciela Gonzales Muñoz realizó el trabajo en macrame en Tixcocob, Yucatán.

·Medidas: 1.40 x 51 cm