Respirar pausado y las yerbas de la montaña

Soy Luna y te pido que escuches mi voz, porque quiero enseñarte que se puede respirar y caminar pausado. Soy andanza, pero también soy planta que cura. Soy yerba a la que bellas y expertas manos han sembrado y cuidado en mágicos lugares. Yo, Luna quiero decirte que hace muchos años aprendí a escuchar el murmullo de las plantas, que conforme ha pasado mi tiempo y el tuyo, ese susurro en mi oído ha tomado formas más claras: son rutas nuevas que quiero compartirte.

Yo, Luna, quiero contarte que desde hace muchas noches he caminado acompañando el viaje de las plantas: las he visto salir lentamente de la tierra y he observado cómo poco a poco han crecido buscando el agua, el aire y el sol. En ellas —y con ellas— nuestros pueblos se han apoyado para curarnos y alimentarnos. Quiero contarte que con ellas he viajado y puedo decirte que aprendieron a vivir en los lugares a los que han llegado. Ahora les hablan a nuestros viejos brujos, sabias curanderas y parteras. Ellas son el remedio para aliviar el dolor.

Yo, Luna, quiero contarte que en mi andar por los bosques de Oaxaca, buscando remedios y escuchando la voz de las plantas, encontré, entre otras yerbas mágicas, a Tulsi, con quien platiqué. Ella me enseñó nuevos aromas y mágicos caminos. En mi silencio, en aquellas montañas donde nos presentaron, comprendí cosas nuevas y aprendí a respirar con pausa. Es lo que quiero mostrarte.

Yo, Luna y ella, Tulsi, queremos enseñarte a respirar pausado. En el camino encontramos a Khadi y al algodón, otra planta viajera que ha recorrido el mundo desde que hace muchos años salió de las tierras mayas de la península de Yucatán. Juntas caminaremos y respiraremos pausado. Ahora yo, Tulsi, estaré bajo el resguardo de una manta de algodón hasta que esté en tus manos y tú me cuides como yo también quiero hacerlo contigo.

Proceso

El año pasado, Sharon Drijanski, la mente maestra de Loona y María Violante, creadora de Remedios del Bosque, marca mexicana especializada en productos de belleza orgánicos, se conocieron en un retiro en la sierra de Oaxaca. “Fue como amor a primera vista”, recuerda María en entrevista, “teníamos muchas ideas en común y muchos puntos de vista similares sobre la naturaleza y el planeta”.

Por ende, resultaba natural que de este entendimiento surgiera la nueva colaboración de Loona. Desde marzo de este año, María empezó a pensar la forma en la que daría vida a “Raíces”. Decidió partir del tulsi, una especie de albahaca que en la India es llamada “albahaca sagrada” por sus propiedades ansiolíticas, relajantes, antibacteriales y desinflamatorias. Con ella creó un myst y un aceite esencial. “Son productos muy flexibles, las personas de todas las edades los pueden usar”, dice María sobre su elección de los productos.

Al tulsi se le sumaron propiedades energizantes, relajantes y aromáticas del zacate limón. Todo, con el toque de la marca: “Los sembramos en la costa chica de Oaxaca, siguiendo la agricultura regenerativa, que trata de replicar la variedad de los suelos de bosques de niebla o de las selvas, que son los que procuran una mayor biodiversidad en el suelo”, cuenta. Además, el tulsi y el zacate limón han sido sembrados en los momentos en los que la Luna favorece su desarrollo y tardan cuatro meses en ser cosechados. Posteriormente, esta materia prima es destilada en el taller de la firma en la Ciudad de México y lista para ser disfrutada por sus próximos dueños.

Serán solo 35 afortunados quienes podrán disfrutar de los beneficios y propiedades de estos productos, los cuales favorecen a la relajación y pueden ser usados en la cara, como tónico, así como en sábanas, en mats de yoga o rociados en el ambiente en cualquier momento del día en el que se busque propiciar una atmósfera armoniosa.

Para “Raíces”, María también ha creado un sahumerio hecho con plantas que en la tradición mexicana son conocidas por ayudar a la purificación: salvia, conocida por proteger y limpiar; pericón, utilizada en curanderos al hacer limpias energéticas; pino, empleada en rituales de protección y lavanda, que aporta a la mezcla propiedades aromáticas y relajantes.

Para este proyecto, María también invitó a la iniciativa de Khadi Oaxaca que trabaja con más de 400 familias zapotecas para crear productos de materiales sustentables, hilados y tejidos a mano, y teñidos naturalmente. En “Raíces” Khadi Oaxaca desarrolló los empaques en los cuales se presentan los productos: bolsas elaboradas con telas en tonos neutros creadas a mano por estas comunidades utilizando fibras de algodón. Además, cada bolsa ostenta la etiqueta de “Remedios del Bosque x Loona” impresa en serigrafía y con un deshilachado hecho a mano por comunidades de artesanos del sur de Oaxaca. Hay otra peculiaridad de estos empaques, la cual explica Mariano Santana, coordinador del proyecto desde Remedios del Bosque: “La bolsa se basa en la proporción áurea; cuando se dobla tendrás un rectángulo perfecto”.Cada una de las 35 ediciones de esta colaboración también estará acompañada por tres postales con imágenes capturadas por la reconocida fotógrafa mexicana Karla Lisker.

Y eso no es todo. “Raíces”, la Colaboración Cinco de Loona, marca también el inicio de una nueva iniciativa dentro del programa de Loona: los retiros y las expediciones a la naturaleza. Para esta primera ocasión, será la propia María Violante quien durante un fin de semana guiará un programa de actividades enfocadas en la naturaleza y la herbolaria y que se realizará en la sierra de Oaxaca. “Siempre que hago un retiro así me doy cuenta de lo mucho que mueve a la gente: se van contentos por haber conectado con la naturaleza y con ellos mismos, por ver otras formas de vida, más simples y auténticas”, cuenta María cuando se le pregunta sobre la experiencia. Por su parte, Sharon Drijanski ve este retiro como el inicio de algo más: “Lo que me interesa hacer con Loona es plantar una semillita de conciencia. Esta es una semillita para estar en la naturaleza, que la gente conozca el trabajo de María y se inspire”.