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PRESENTA

Sunk + Loona

Sunk

Yo, Luna, quiero contarte que ayer vi morir a una estrella.

Me ha pasado antes.

También sé lo que ocurrirá. Sé que durante algunas semanas esa misma estrella brillará más que una galaxia con cien mil millones de estrellas y luego desaparecerá completamente.

Para distraerme un poco, observé a la Tierra y encontré a un hombre que me reconfortó al recordarme las posibilidades que las cosas tienen de renacer.

Era un hombre cuyos ojos encontraban belleza en todas partes. También tenía una memoria prodigiosa, capaz de recordarle a los objetos que han sido olvidados el momento en el que tuvieron otra vida: cuando fueron felices.

Durante meses se dedicó a hurgar en rincones inesperados, mirando con atención hasta encontrar aquellas cosas que estaban desprovistas de memoria y llevarlas a su taller.

Durante varias noches lo alumbré con mi luz mientras les hablaba, obstinado en devolverles la vida.

Poco a poco los objetos comenzaron a responderle: comenzaron a sentirse útiles de nuevo. El hombre había dejado algo muy claro, había una condición que debían aceptar antes de que él continuara con su alquimia: en su nueva vida, cada objeto conservaría su esencia pero haría las cosas de una manera diferente. Exploraría nuevas posibilidades.

Todos accedieron. Durante varias noches, el hombre unió diversos objetos que había seleccionado y los convirtió en prendas de vestir.

Cuando las vi, recordé a la supernova de la que me había despedido.

Cada pieza brillaba con más luz que antes. Tenían una segunda oportunidad.

Proceso

Cumplir años es un momento especial. Y resultó una coincidencia muy afortunada que, cuando empezábamos a planear la que sería nuestra Colaboración Doce, apareciera Gustavo García-Villa para hablarnos de un proyecto que le rondaba la cabeza.

Gustavo es un personaje con el que tenemos una relación muy cercana y afectuosa. Eso, sin dejar de lado que se trata de una de las mentes creativas más inquietas de nuestro país: lo mismo hace diseño de vestuario que dirección de arte, estilismo de moda, ilustración o fotografía.

Desde 2014 y hasta 2018, fue director creativo de la edición mexicana de la revista L’Officiel. Gracias a su sensibilidad y buen ojo, el título se posicionó y se diferenció del resto de las publicaciones de moda. También fue en este periodo cuando lo conocimos.

Tras su salida de la revista, creó GG Studio Ltd., desde donde colabora para marcas como Jil Sander, Tiffany & Co. o Apple, entre muchas otras. A la par, ha publicado un fanzine y su trabajo como fotógrafo se ha expuesto en diversas publicaciones.

Una de sus últimas iniciativas es Sunk, la razón por la cual participa con nosotros. Gustavo define a Sunk como “un experimento de posibilidades, un proyecto de moda que no persigue la creación desde los insumos, sino que aprovecha lo ya hecho y más tarde desperdiciado (o despreciado) para transformarlo. Y entonces, lo ordinario se vuelve extraordinario”.

El 13 de octubre de 2020, Gustavo publicó en Instagram el primer post de la cuenta @​​feelingsunk con la que nació este proyecto. Unas flores de color púrpura que emergen de una banqueta. Un gesto que parece coincidir con otra de las premisas del proyecto: buscar “tesoros” en lo cotidiano (…) como un acto de optimismo agridulce en un mundo que, muchas veces, parece estar por hundirse.

Con esta misma premisa, Gustavo decidió lanzar la primera colección de ropa de Sunk a través de nuestra plataforma, algo que nos hace sentir sumamente honrados. Se trata de piezas en las que el suprarreciclaje —el aprovechamiento de productos y residuos para fabricar nuevos materiales o productos de mayor calidad— es el hilo conductor.

Para esta primera colección, Gustavo creó una treintena de piezas de vestir —que van de blusas y faldas a bolsas y aretes—. Cada prenda ha sido realizada a partir de los hallazgos que encontró principalmente en tiendas de segunda mano y mercados de pulgas.

Fue así como un costal y una bandera se transformaron en una pieza de moda que cumple con la premisa de su autor: “convertir lo ordinario en extraordinario, llevar una cosa a otro lugar y poder conseguir que esa posibilidad nueva de las cosas haga más longeva su vida y por lo tanto que no quepa en los basureros: que puedas adornar tu closet; adornarte a ti mismo”.

Una proceso de transformación que es un poco como esta colaboración en sí misma. Sunk nace oficialmente al mismo tiempo que nosotros estamos a punto de cumplir nuestro primer año. Y qué mejor forma de celebrar nuestra propia vida que ver nacer a un proyecto que comparte nuestra vocación por el amor al planeta y el cuidado del medio ambiente, y que al igual que nosotros busca plantar semillas de conciencia para un camino y futuro mejor. ¡Enhorabuena y que vengan muchos años más!

Colaborador

 

Gustavo García-Villa

Fundador de Sunk. Egresado con honores de la Universidad de Guadalajara por la licenciatura en diseño gráfico, realizó estudios de ilustración, restauración, animación y fotografía en Barcelona. Fue director creativo de la edición mexicana de la revista L’Officiel. Actualmente es director de GG Studio Ltd., donde ofrece servicios de branding, dirección creativa y de arte para diversas marcas. Su trabajo fotográfico ha sido objeto de publicaciones y exposiciones colectivas e individuales.

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SUNK

SUNK Es un experimento de posibilidades, un proyecto de moda que no persigue la creación desde los insumos, sino que aprovecha lo ya hecho y más tarde desperdiciado (o despreciado) para transformarlo. Y entonces, lo ordinario se vuelve extraordinario.
Las prendas y accesorios literalmente se arman a partir de elementos que ya existen y que, como ocurre en un collage, cambian de estado y de lugar. Un tapete se convierte en chaleco, una bandera en vestido. SUNK abraza todo lo que ya está aquí para nosotros.
No hay necesidad de generar más. Por el contrario, se trata de reimaginarlo todo, de reaprovecharlo y ponerlo en un sitio distinto; uno donde se le otorgue más valor. Es un trabajo curatorial, un ejercicio de imaginación y una labor de confección pulcra y exigente en sus terminados.
En SUNK no hay géneros ni geografías. Las influencias son amplias y globales. Todas
las piezas son únicas. Todas pueden utilizarse a diario. Cinturones, camisetas, collares, bolsos… hay de todo, aunque no todo el tiempo. SUNK no ensambla, SUNK confecciona. No se ciñe a temporadas de moda, sino a un calendario propio. A uno que depende de lo que se ha «cazado y recolectado» de entre lo que para muchos podrían ser desechos
u objetos de segunda. Es suprareciclaje incluso en la cuenta de Instagram de la marca, alimentada con la «basura» del carrete de fotos de su fundador. Porque todo aquí es una nueva oportunidad para lo que se creía olvidado, abandonado o descartado.
SUNK es un proyecto del artista visual Gustavo García-Villa. Y tampoco es nuevo. Es un medio de expresión en la moda que García-Villa ha utilizado desde hace varios años para relacionarse con las pausas, con el descubrimiento y con su interés particular de buscar “tesoros” en lo cotidiano. SUNK transforma lo ya hecho en prendas expresivas e imposibles de reproducir como un acto de optimismo agridulce en un mundo que, muchas veces, parece estar por hundirse.