La luna y el campo

Yo, Luna, quiero contarte del día en el que descubrí la granja de una pareja en la campiña inglesa.

Los iluminé con mi luz. Se encontraban disfrutando de una cena en la terraza mientras admiraban la belleza de la naturaleza. Él se puso a hablar de jardines y mencionó su amor por los paisajes. Ella decidió sorprenderlo con un regalo especial.

Mientras yo me ocultaba detrás de las nubes, ella comenzó a diseñar una prenda única e, inspirada en su entorno, utilizó la lana de las ovejas que vivían con ellos hasta que logró crear una prenda que reflejaba el paisaje que le fascinaba a su esposo.

Lo sorprendió con su regalo y él quedó encantado con su belleza y el cuidado que había puesto en cada detalle.

Con el tiempo, la fama de las prendas diseñadas por su esposa corrió de boca en boca, llegando a los oídos de importantes personajes de la localidad.

Yo, que observaba todo atenta, me sentí orgullosa de ver cómo el diseño de la mujer había llegado a lo más alto. Cada noche iluminaba el cielo para que ella pudiera diseñar nuevas prendas y su esposo luciera siempre radiante.

Un día, un incendio devastó la granja de la pareja, y la prenda favorita del esposo se perdió entre las llamas. Desconsolados, ambos pensaron que nunca podrían volver a tener algo tan hermoso. Sin embargo, esa noche brillé con más fuerza y envié un rayo de luz que iluminó un pequeño paquete que había quedado a salvo en la casa. Al abrirlo, encontraron una nueva prenda, confeccionada con amor y dedicación por la esposa, quien no había perdido la esperanza de crear algo bello para su amado.

Desde entonces, las prendas de la pareja se hicieron famosas en todo el mundo, y yo estuve siempre presente, observando y guiando a aquella mujer que creaba prendas únicas, hechas con amor.

PROCESO

La marca de moda Wright + Doyle es el resultado de la colaboración entre la diseñadora Izabella Doyle y su marido, el paisajista de jardines Matthew Wright. “Hay un lenguaje entre nosotros”, dice Izabella en entrevista. “Somos una sociedad. Él es Wright. Yo soy Doyle.”

Ambos tienen una vida muy particular. Desde que hace tres años se mudaron con su familia a una pequeña granja en el campo inglés, su día a día cambió radicalmente. Izabella afirma que su rutina inicia temprano, con el cuidado de los animales: ovejas Castlemilk Moorit, una raza poco común, que no requiere mucho cuidado humano.

“Las ovejas airean el suelo con sus patas y se alimentan del pasto”, dice Izabella en entrevista, “reduciendo la necesidad de que lo cortemos manualmente. Además, solo les damos medicinas si algo está realmente mal y una vez al año usamos su lana. Todo esto ocurre en tan solo doce acres (5 hectáreas) y sin maquinaria, así que es una manera ingeniosa de aprovechar a estos animales y mantener a la granja productiva”

Después de cuidar a los animales, Izabella se dedica a sus dos hijos. Esto podría sonar como una tarea difícil, especialmente cuando se trata de vestirlos para la escuela. Pero después de una taza de café asegura que está lista para empezar su día como diseñadora.

“La mayoría de mis colecciones comienzan con exposiciones de arte”, dice la diseñadora, quien tiene más de 20 años de experiencia en la moda, sobre su proceso creativo, “normalmente es ahí en donde encuentro mi inspiración. Nunca proviene de la ropa o de la practicidad de llevarla. Me encanta el corte, es el elemento clave para mí. Pero donde siempre empiezo es con algo que me inspira o me conmueve, algo que me atrae. Luego comienzo con las telas y empiezo a trabajar en el maniquí, dependiendo de la tela. Ese es mi proceso porque nunca dibujo. Solo utilizo las telas.”

Para la colección primavera-verano 2023 de Wright + Doyle la inspiración llegó de la artista Carolyn McCall y su trabajo en la creación de grandes dibujos de círculos en los que utilizaba rocas y grafito. Izabella confiesa que no sabía cómo empezar esta colección, así que decidió buscar inspiración en las cosas que siempre la han conectado con su entorno, como el mar y las rocas.

“Cuando conocí a McCall me di cuenta de que estábamos haciendo las mismas cosas y nos conectamos de inmediato”, afirma.

El resultado de la colección es bastante atlético y en el lookbook se incluyó una imagen de McCall atada a un poste con una banda elástica, corriendo a toda velocidad hasta que es frenada por la tensión del elástico. La colección incluye detalles secretos, como bolsillos ocultos, que reflejan la filosofía de diseño única de la firma.

En Loona traemos para ti las piezas clave de esta colección: un traje completo, pantalón, saco, chaleco, camisa y falda, todos diseñados con la misma atención a la sustentabilidad que caracteriza la marca.

Los trajes, por ejemplo, son creados con sábanas francesas antiguas. “La idea era crear un traje que fuera fácil de usar para cualquier persona, como un jardinero o incluso yo misma”, asegura.

Los chalecos son creados con la lana de su propia granja, algo que Izabella, a la distancia, recuerda como hilarante. “Matt y yo corríamos detrás de nuestras ovejas por los doce acres de la propiedad. La experiencia de tratar de juntar a las ovejas fue difícil y cómica al mismo tiempo: aunque crecí en una granja con caballos, ganado y ovejas, los animales de raza local aquí son más libres y difíciles de manejar.”

El proceso de estos chalecos comienza con el esquilado de las ovejas. Luego, ella y su familia se encargan de limpiar la lana antes de llevarla a una empresa local que la hilvana en hilo. Finalmente, una mujer de 70 años de la comunidad teje cada uno de los chalecos a mano.

La camisa es otra pieza fundamental en cada colección, gracias a la influencia del padre de Izabella, un entrenador de caballos que, además de tener una gran estatura y elegancia, inculcó en ella la pasión por el corte que caracteriza su trabajo.

La diseñadora asegura que él vestía trajes a medida de Savile Row y camisas de excelente manufactura, y esto inspiró su amor por la sastrería y por las camisas y faldas bien hechas: “Son prendas cómodas y fáciles de usar en cualquier momento, y son una parte esencial del estilo personal, eso es algo que se refleja en todas las colecciones. Son una pieza clave en el diseño.”

Izabella sabe que su proceso de creación no es rápido y que no puede trabajar con grandes cantidades de ropa debido al tiempo y trabajo que requiere cada pieza. Pero para ella, la calidad y la sustentabilidad son más importantes que la cantidad. Está comprometida a crear moda que sea bella y duradera.

“Una cosa que siempre le digo a mis amigos es que, por favor, no compren nada a menos que lo amen y no puedan vivir sin ello. Porque todos tenemos suficientes cosas en nuestras vidas. No necesitamos más de nada. Y por eso, cuando diseño, corto y elijo telas, cuando hago piezas, me pregunto: ¿necesito esto? ¿Lo amo? ¿Me mueve? ¿Es algo que quiero usar ahora? ¿En cinco años, diez años? ¿Puedo ver a las personas y las tiendas que lo compran usándolo? ¿Lo querrán? ¿Matt lo usará en el jardín y lo destruirá? ¿Lo usaré yo? Así que todo lo que hago y diseño tiene que pasar por ese proceso”.

Y a través de sus colecciones, Wright + Doyle nos demuestran que la moda no tiene que ser un producto de consumo rápido, sino que puede ser una obra de arte atemporal.