Bajar a la Tierra
Yo, Luna, quiero contarte que bajé a la Tierra.
Estando ahí, me dediqué a explorar diversos territorios y encontré, en una isla, a una pareja que me llamó la atención por la ropa que vestía. Era distinta.
Me acerqué a ellos y me contaron su historia. Me hablaron, sobre todo, de lo que más me llamaba la atención: sus prendas. Me dijeron que estaban hechas con materiales duraderos, resistentes. Provenían de la naturaleza; algunas de ellas estaban hechas de lana de animales a los que se dedican a cuidar y proteger. Entonces vi a las ovejas, cabras y alpacas de las que me hablaban y comprobé que todo era verdad: estaban contentas.
Entonces despertaron aún más mi curiosidad. Fui a sus talleres, donde encontré a unos cuantos —y muy experimentados— artesanos tejer y bordar lentamente y con cuidado para dar vida a las ideas que la pareja les había platicado. Ellos también estaban satisfechos de hacer su labor, en condiciones que me describieron como justas y benéficas para ellos.
Después la pareja me señaló uno de los botones de la ropa que usaba. Me hablaron de Suiza; de cómo reciclaban ahí el latón para hacer esos pequeños detalles.
También me enseñaron sus camisetas y me hablaron de una familia que se encargaba de hacerlas, con un algodón orgánico.
Amablemente me regalaron una de sus prendas, la colocaron en una bolsa que, me dijeron, estaba hecha de plantas, por lo que no dañaría al planeta.
Después regresé a mi órbita. Ahí le conté todo esto a la Tierra y, tras escucharme, respiró.
Hoy, quiero contarte más sobre ellos. Se hacen llamar Sono, y estoy segura de que sus prendas son la alternativa para que seamos más amorosos y conscientes con nuestro hogar, la Tierra.
Proceso
“Son piezas para toda la vida”, dice el diseñador Simon Homes, en entrevista desde Londres, cuando se le pregunta sobre las prendas que integran la Colaboración Seis de Loona, llamada simplemente Otoño-Invierno 21, las cuales han sido creadas por Sono, firma que dirige junto a quien es su pareja desde hace casi dos décadas, la alemana Stephanie Oberg.
La historia formal de Sono inicia en 2004, como un proyecto concebido por Stephanie, diseñadora egresada de marcas como Kostas Murkudis y Cacharel, como una propuesta de moda sustentable. Hace dos años, Simon decidió unirse a ella, para dar rienda suelta a sus más ambiciosos sueños ecológicos. “En todas las marcas para las que trabajé siempre trataba de cambiarlas completamente hacia un enfoque más sustentable. A veces se puede, y a veces no”, cuenta Simon, cuyo camino por la industria de la moda abarca firmas tan renombradas como Lemaire, Paul Smith o The Row.
Fue en ese entonces cuando le lanzó una pregunta decisiva a Stephanie: “¿Y si hacemos nuestra propia marca?”. Para entonces ella ya tenía Sono, así que decidieron construir juntos a partir de lo que ya estaba hecho.
En Sono, la pareja ha encontrado la manera de hacer las cosas a su manera, es decir, de forma responsable y consciente con el medio ambiente y con las personas. Y eso, en una industria como la de la moda, a la que Simon señala como la más contaminante en la actualidad, después de la refinación de petróleo, es decir mucho. “Somos muy estrictos a la hora de escoger con quién trabajamos. Decidimos que si íbamos a hacer nuestra propia marca lo haríamos de una manera franca: con huella de carbono cero, energía sostenible… cosas como esas”.
La lista de esas acciones es mucho más extensa. Sus prendas, por ejemplo, son hechas en Londres o en el Valle de Loira, en Francia, lugares cercanos al estudio de los diseñadores; además, son elaboradas por pocas costureras —lo que asegura condiciones de trabajo justas para ellas—. Las técnicas de hilado evitan todos los productos químicos y en el proceso se utiliza energía cien por ciento renovable. Los materiales siguen el mismo enfoque: la lana que utilizan es orgánica y se aseguran de que las ovejas, cabras y alpacas de las que proviene sean cuidadas de la manera más humana y responsable posible,
Este interés por el cuidado del planeta y por plantear alternativas a la forma de trabajo de la moda hacía natural que Sono tuviera una participación dentro de Loona. “Ha sido una colaboración conversacional”, explica Simon. En esta ocasión, nuestra fundadora, Sharon Drijanski, ha seleccionado algunas piezas de la colección Otoño-Invierno 2021 de Sono que, en sus palabras, “transmiten un mood relajado, simple pero sofisticado”, como chalecos, pants o camisas, las cuales combinan a la perfección entre sí.
Esta colección cápsula —que además marca la primera ocasión en la que las creaciones de la firma están disponibles en México— tendrá un detalle que le dará un toque especial y personal: cada prenda lleva el logotipo de Loona en una pequeña etiqueta.
Al hablar sobre la inspiración de esta colección, Simon deja entrever el interés de ir a contracorriente en la industria se manifiesta desde esa etapa del proceso creativo: “Tratamos de no seguir una temática distinta cada temporada; creamos a partir de lo que sentimos que queremos usar durante el invierno. La inspiración tiene mucho más que ver con la forma en la que usas las piezas y la manera en la que estas funcionan en tu guardarropa”, explica y continúa hablando sobre la misión final de sus prendas: “Queremos hacer piezas que a la gente le apasione usar y que quieran conservar. Desafortunadamente las personas tienen el impulso de querer un look nuevo una y otra vez… y otra vez. El planeta no podía hacerle frente a eso ni siquiera cuando solamente se hacían dos temporadas al año. Ahora hay miles de colecciones. Creo que esta cultura de actualización es realmente dañina y la gente piensa que necesitará un nuevo look y otro y otro, y otro… Este “lapso de atención” se ha vuelto tan dañino que hace que tengamos que mirar hacia otro lado”.
Afortunadamente, en las piezas de la Colaboración Seis Simon ve una solución: “La verdadera sustentabilidad llega cuando compras algo y dura para toda la vida. Ese es nuestro objetivo y así ocurre con estas piezas: son sencillas, con colores sutiles, funcionan muy bien juntas y funcionarán también con las de la temporada pasada y la que venga. Queremos construir sobre esa idea cada temporada: entender (las piezas) como si fueran ladrillos que se colocan sobre lo que ya se ha construido”.
Colaboradores
Sono
SONO es una firma de moda independiente con sede en Londres fundada por Stephanie Oberg y Simon Homes. Un proyecto colaborativo donde se enfatiza la sustentabilidad y la ética laboral. El resultado son prendas de lujo de alta calidad en materiales orgánicos que buscan ser atemporales y vivir durante mucho tiempo en el guardarropa de quienes las usan.
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Sono OI21
Sono es un proyecto de indumentaria que tiene como objetivo cambiar la percepción de cómo nos vestimos y consumimos en el siglo XXI.
Los valores fundamentales de Sono:
•Solo apoya la agricultura ecológica.
•Siempre respeta a las personas que cultivan, recogen, hilan, tejen, cosen y construyen cada prenda Sono.
•Procura cuidadosamente cada elemento de la forma más local posible, desarrollando relaciones duraderas con proveedores que comparten su misma filosofía de respeto.
•Utiliza lana de proveedores que respetan el bienestar animal.
•Evita las soluciones a base de petróleo y evita todos los plásticos.
•Mantiene los residuos al mínimo.
•Construido en la longevidad para la construcción y el diseño de la prenda, lo que permite que la ropa se use durante décadas en lugar de temporadas.
Un proyecto para demostrar que es posible crear y fabricar ropa de diseñador dentro de la estructura estacional sin compromisos a ningún nivel.
Las telas:
Usan algodones provenientes de cultivos biológicos no sujetos a pesticidas, fertilizantes químicos, semillas y lanas modificadas genéticamente y producen a partir de ovejas criadas en granjas biológicas y libres de cualquier tratamiento de mula.Un proyecto para demostrar que es posible crear y fabricar ropa de diseñador dentro de la estructura estacional sin compromisos a ningún nivel.
Las prendas son cosidas por solo unas pocas fábricas y artesanos que están cerca de su estudio en Londres y una fábrica en el Valle del Loira, Francia, con las mejores prácticas en todos los niveles de detalle técnico.
Las prendas de punto se tejen a mano o en una máquina de cama plana y luego un equipo experimentado de mujeres que viven y respiran tejiendo se unen y terminan a mano.El hilo para sus prendas de punto es del valle de Sesia en el norte de Italia, toda la lana es orgánica, natural y asegura que las ovejas, cabras y alpacas sean cuidadas de la manera más humana y responsable, las técnicas de hilado y acabado evitan todos los productos químicos y el uso. Energía 100% renovable.
La tela de lana se teje en bruto sin ningún acabado químico en el Reino Unido o en la Toscana por un artesano y amigo.
El algodón se teje principalmente en Veneto, Italia, utilizando hilos de algodón 100% GOTS (estándar orgánico global) por una pequeña empresa familiar.
Las camisetas están tejidas en Carpi por una pequeña empresa familiar que utiliza solo algodón orgánico GOTS y algo de algodón orgánico de comercio justo de la India, con la ayuda de una empresa en Gales que ha trabajado con cooperativas familiares durante más de 20 años.
Los botones están tallados en nuez de Corozo natural en Alemania y teñidos con tintes ecológicos a base de plantas.
Los cierres están hechos de latón reciclado en Suiza, libre de procesos de galvanización dañinos y únicamente aguas residuales limpias.
Las prendas se empaquetan individualmente en bolsas de papel y bolsas compostables a base de plantas.
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