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SONO A W 22

Luz de invierno

Yo, Luna, quiero contarte lo que ocurrió un día, cerca de Londres.

Una pareja paseaba frente al Mar del Norte cargando unas telas. Llamaron mi atención por lo que hacían con ellas: las acercaban al agua y las dejaban ahí durante varios minutos para después dejarlas secar al sol. Habían repetido este proceso una y otra vez, durante varios días.

Sabía lo que estaban haciendo. Trataban de capturar los colores del mar en sus materiales. Habían visto ese proceso en varios libros de alquimia y se empeñaban en replicarlo.

La última vez que vi a alguien intentarlo había sido hace varios siglos, y me alegraba que alguien aún tuviera la esperanza de creer en la magia.

Durante la noche, la mujer decidió ir a dormir a su casa, una cabaña cercana a la costa. El hombre continuó en vela a la orilla del mar. Cuando ella estuvo en su sueño más profundo, pude acercarme:

“Casi lo logras”, le dije, “pero necesitas que las telas hayan sido creadas con esmero, con afecto y con cuidado.”

Cuando despertó, la mujer se dedicó a elegir telas como las que le había descrito. En los cajones de su casa había lana de ovejas que eran amadas por sus pastores; telas elaboradas con materiales sembrados en campos donde se respiraba un aire fresco y algunos otros textiles confeccionados cuidadosamente por pequeñas familias que amaban su labor.

Cuando seleccionó todo lo que necesitaba, la mujer salió corriendo para encontrarse con su pareja. “Prueba con esto”, le dijo, y le dio los materiales. El hombre no tenía más fuerza, necesitaba descansar. Así que dejaron aquellos textiles en el mar, los aseguraron con algunas piedras, y regresaron a su hogar.

Al día siguiente, las telas habían adquirido un color distinto. Tenían tonos cafés como los de los troncos de los árboles en los que a veces jugaban; verdes como los de los valles cercanos en donde corrían; avellana como los de los frutos que disfrutaban en la comida y blancos como los de las nubes del cielo que veían cuando descansaban en el pasto.

Tomaron las telas y con ellas confeccionaron distintas prendas que los protegerían del frío que estaba por llegar. Día tras día, los colores de la ropa adquirían más intensidad, como si se renovaran tras cada puesta. Estaban impregnadas con su propia vida. Habían creado la magia.

PROCESO

“La ropa es historia viva: se cultiva, se cosecha, se hila, se teje, se corta, se cose, se prensa, se dobla. Se usa y se lava una y otra vez. Puede crear amor y apego con su dueño: cuanto más tiempo se usa, más fuerte es el vínculo. Se repara y se ajusta. Es fiel. Eventualmente se hereda o se desecha cuando ya no se considera usable.

Cuando se sepulta bajo tierra, se descompone y regresa lentamente a la naturaleza sin dejar nada más que nutrientes compostados. Es ropa hecha con amor y con cuidado. La perfección de la imperfección.”

Así hablan Stephanie Oberg y Simon Homes, fundadores de Sono, marca británica de moda, cuando se refieren a las piezas que presentan bajo su firma.

En Loona nos hemos convertido en fanáticos de su propuesta. Nuestra Colaboración Diecinueve representa la tercera ocasión en la que los invitamos a participar en nuestra plataforma.

En cada una de las ediciones en las que hemos trabajado con ellos nos ha inspirado su filosofía creativa. Es ropa que luce fantásticamente bien, sí, pero también es ropa detrás de la cual hay, como lo afirman, muchas historias.

La materia prima de los textiles con los que dan vida a sus prendas, como el algodón, proviene de campos orgánicos donde son cultivados a pequeña escala, en ambientes libres de productos químicos o colorantes nocivos. Todo el proceso de manufactura ocurre muy cerca de Londres, sede de la firma. El tejido se realiza en pequeños talleres de Italia, mientras que el cosido ocurre en Francia o en la capital británica.

En nuestra Colaboración Diecinueve presentamos una selección de prendas de la colección otoño/invierno 2022, donde plasman una visión muy particular. Ahí, los atuendos se han construido a partir de la cálida practicidad de capas de tonalidades naturales y colores que evocan la costa y reflejan en nosotros la tranquilidad del mar.

Su lookbook refleja tales ambiciones: fue realizado en la playa, bajo el sol invernal. En él, los modelos visten prendas llenas de carácter, como lo afirman los diseñadores en entrevista: “Comenzamos con capas ajustadas, hechas con lana orgánica pura, y gruesos tejidos hechos a mano, seguimos con trajes relajados —que pueden usarse en donde sea— hechos con textiles vibrantes y tejidos irregulares; chamarras oversized con doble vista que se sienten como un abrigo y capas gigantes y oversized que combinan bien con cualquier outfit. Y concluimos con una bufanda triangular hecha con algodón orgánico.”

Una propuesta que busca protegernos durante los días más fríos del año. De este y de muchos más, pues la ropa de Sono está hecha para acompañar a quien la use durante mucho tiempo. Es ahí donde los diseñadores entienden que radica el verdadero valor de la sustentabilidad. Se trata, como lo han dicho, de ropa que es historia viva, que contiene la perfección de la imperfección, pero sobre todo, de ropa que ha sido creada con amor.

*Esta temporada, la colección de Sono viene acompañada de una playlist creada por el DJ y artista sonoro francés Pilooski, realizada para celebrar el cambio de estación y apreciar el otoño. Escúchala aquí:

Colaborador

SONO

Sono es una firma de moda independiente con sede en Londres fundada por Stephanie Oberg y Simon Homes. Un proyecto colaborativo donde se enfatiza la sustentabilidad y la ética laboral. El resultado son prendas de lujo de alta calidad en materiales orgánicos que buscan ser atemporales y vivir durante mucho tiempo en el guardarropa de quienes las usan.

 

 Fabiola Zamora  

Fotógrafa, fundadora y directora de Revista 192.

 

 

Compra la colección

SONO

·Para construir una empresa por el amor a la ropa, por supuesto, pero una que antepondrá siempre al medio ambiente y a las personas que ayudan a hacerla, por encima de las ganancias.

·Responsables de su huella ambiental y haciendo cambios constantemente para que las prendas sean lo más sostenibles posible, todo está bien pensado y concebido.

·El sueño de Sono es que la ropa que hacen mejore con el tiempo y sobreviva generaciones.

·Su diseño y corte de patrones miran hacia el futuro y son direccionales, y desarrollan telas cuidadosamente con molinos que conocen y en los que confían que comparten la misma visión sobre cómo se teje la tela; así que las piezas envejecen maravillosamente.

·Si tienes la suerte de comprar y llevar estas piezas, cuídalas, porque son para toda la vida.