Las cestas son arte

Yo, Luna, quiero contarte que viajé a África, atraída por los colores y las formas de un pueblo dedicado a hacer cestos y canastas con técnicas ancestrales.

Sus manos ágiles y ordenadas daban forma a diversas creaciones que me sorprendieron por sus tamaños y diseños.

Me contaron que todo iniciaba en la tierra, que usaban el enorme pasto de elefante y lo dividían con sus dientes. También que lo hacían más delgado, dándole vueltas para formar varios hilos con los que comenzaban a tejer.

Después le añadían color. Las tonalidades en solitario no decían mucho; juntas eran una sinfonía, un poema, un arcoiris.

Les pedí una canasta para mí. Uno de ellos me dijo que todos en la comunidad querían regalarme una, pues cada pieza era única y anhelaban que me llevara un pedazo de ellos conmigo.

A cambio de un gesto como ese, les pedí que me dejaran alumbrarlos con mi luz. Accedieron a trabajar por la noche para que yo pudiera iluminarlos y cuidarlos mientras trabajaban.

Cuando el último terminó de hacer su canasta para mí, el pueblo entero se convirtió en una fiesta: cantaban, reían y bailaban inundados de felicidad.

Ese resultó un regalo aún más valioso, pues cuando me entregaron mis canastas sabía que me llevaba un pedazo de esos momentos. De su trabajo y de su alegría.

Por un presente así les he dedicado mi última fase menguante; estoy segura de que, en ella, ellos solamente verán mi sonrisa.

Proceso

Bolgatanga es una ciudad ubicada al norte de Ghana, en África. Es también el lugar donde, en 1999, el canadiense Gregory MacCarthy llegó para aprender a tocar la batería con la tribu Ga.

Tras estudiar durante meses —y con poco dinero en sus bolsillos— Gregory tuvo la idea de comprar algunos collares y telas, y revenderlos en Canadá para financiar sus estudios de música.

Ese fue el origen del protagonista de nuestra Colaboración Nueve, la firma The Baba Tree, que hoy es uno de los comerciantes más justos de Bolgatanga, y se especializa en la producción de cestos artesanales típicos de la región, creados por la comunidad Gurunsi, los cuales le han ganado elogios y miles de seguidores en su cuenta de Instagram @babatreebaskets.

Durante los últimos 15 años, The Baba Tree ha arropado a una comunidad de más 250 artesanos quienes elaboran a mano cada uno de los cestos empleando una técnica de tejido tradicional. La materia prima utilizada es pasto de elefante y cada cesto tiene el “ritmo y la fluidez” que su creador le imprime, por lo que no hay dos piezas iguales.

El proceso inicia con la creación de los hilos del pasto de elefante, los cuales son cortados con los dientes, y enrollados y desenrollados hasta conseguir la calidad necesaria para ser tejidos. Un proceso en el que la paciencia y el tiempo resultan vitales: cada cesto requiere entre dos y tres semanas de trabajo.

Más allá del producto final, al interior de la empresa saben que el factor humano es lo más importante: “No solo creamos cestos, estamos creando carreras para los artesanos. Se trata de aprender nuevas habilidades y hacerlas crecer”, nos dicen en entrevista.

En la práctica esta filosofía tiene acciones muy puntuales: además de un pago muy superior al del salario mínimo del país, los artesanos Gurunsi reciben una comisión por la venta de cada cesto que va del 5 al 15%, el pago de colegiaturas educativas, gastos hospitalarios y acceso a un fondo en caso de que tuvieran alguna emergencia.

Además, todos reciben agua potable. Algo que podría leerse como una cosa común, pero que no lo es en una ciudad como Bolgatanga. Cuentan que las mujeres de la zona deben levantarse una hora antes de ir a trabajar para recolectarla, después pasan el tiempo trabajando y tejiendo; por la tarde recolectan más agua, la llevan a casa y preparan la cena de la familia. En ese contexto, el acceso a este recurso adquiere otro cariz.

Hoy, los cestos de The Baba Tree son distribuidos en diversos países del mundo. Sin importar el lugar en el que se les coloque destacarán por la belleza de los colores que, unidos, les dan una magia única.

En cuanto a su funcionalidad, los cestos cubren varios aspectos: pueden servir como piezas decorativas, como macetas o para guardar objetos como libros o revistas, aunque la creatividad de su uso puede ser tan basta como la que los artesanos emplearon al momento de crearlos.

Esta es la primera vez que los cestos de The Baba Tree están disponibles en México. La oportunidad perfecta para adquirir una pieza que hará un cambio favorable en la vida de muchas personas: la tuya y la de los artesanos que trabajaron en ellas.